En un mundo donde entendemos que lo importante es trabajar duro para conseguir nuestros objetivos, puede que no hayamos entendido el poder que hay en no hacer nada, y lo fructífero que puede llegar a ser.
Un cocodrilo anciano se encontraba flotando a la orilla del río sin hacer nada, cuando se le acerca un cocodrilo joven y le pregunta como podía ser un cazador exitoso.
El cocodrilo anciano no le hizo ni caso, cerró los ojos y continúo flotando mientras dormía la siesta.
El joven cocodrilo se alejó hacia una zona donde había varios pájaros bebiendo agua, pero al llegar a toda prisa, todos salieron huyendo.
Volvió a acercarse al cocodrilo anciano y le volvió a preguntar como podía ser un cazador exitoso, pero siguió sin obtener respuesta.
El joven cocodrilo se alejó enfadado y nadando a toda prisa comenzó a recorrer el extremo del río acercándose a todo animal que se arrimaba a la orilla, pero ante el movimiento del cocodrilo joven, todos los animales salían huyendo.
Al final de la tarde, el cocodrilo joven se encontraba desanimado y frustrado cuando observó como el cocodrilo anciano se encontraba flotando en la misma orilla sin hacer nada, pero un búfalo se había acercado a beber agua y estaba a escasos metros del gran cocodrilo.
En cuestión de segundos el cocodrilo salió del agua, enganchó al búfalo por el cuello con sus afilados dientes y lo arrastró hacia el agua.
Mientras disfrutaba de su banquete, el joven cocodrilo se le acercó y le preguntó:
«Por favor….dime….¿como has hecho eso?
…y el cocodrilo anciano le contestó: «…NO HICE NADA«.
La epidemia de estar siempre ocupado
Vivimos en una sociedad donde alardeamos de estar siempre ocupados, como si eso fuera algo bueno.
Cuantas veces habrás escuchado una conversación como la siguiente:
«Hola Paco, cuanto tiempo sin vernos…¿como vas?»
«…pues a tope, voy que no paro».
«…qué bien, sigue así».
Tenemos la idea de que para tener éxito hay que echar horas y horas de trabajo hasta obtener resultados, y aunque algo de cierto hay en el asunto, también es cierto que quizás muchas de esas horas no sean nada productivas, y estemos perdiendo algo muy valioso para el ser humano y que no podemos comprar: Nuestro tiempo.
Estoy seguro que pocas veces al año te tomas un tiempo para desconectar de todo el mundanal ruido para reflexionar y pensar, sin ruido, sin distracciones.
Te levantas temprano por la mañana, llevas a tus hijos al colegio y rápidamente te vas a trabajar. En el trabajo pasas 8 o 9 horas con mil cosas en la cabeza. Al salir del trabajo vas escuchando la radio para distraerte, recoges a tus hijos y los llevas a alguna actividad extra escolar (fútbol, inglés, ajedrez, yoga…). Cuando llegas a casa estás tan cansado que te pegas una ducha y cenas mientras ves tu serie favorita en Netflix antes de acostarte para empezar al día siguiente con la misma rutina.
Si te das cuenta, no has tenido tiempo en todo el día en tomarte un tiempo de tranquilidad, sin ruido, sin distracciones para pensar.
Hacer más no es mejor
Hoy he leído a uno de mis bloggers favoritos sobre como de cada 10 proyectos que crea en Internet, solo 2 llegan a tener éxito.
Me ha llamado la atención porque es algo que a mi también me ocurre y pensaba que era un problema mío al tener la fiebre de emprender en Internet y no centrarme en 2 o 3 proyectos como máximo.
¿Te resulta familiar?
Creas un página nicho sobre un producto que es demandado en Internet y tiene poca competencia en Google.
Trabajas en el mismo durante unas semanas, pero al ver que no obtienes resultados todo lo rápido que a ti te gustaría, terminas abandonándolo.
A los pocos días encuentras otro nicho rentable y creas otra página nicho y pasas por el mismo proceso…y cuando vienes a darte cuenta, tienes 10 o 12 proyectos en tu hosting, totalmente abandonados.
¿Por qué?
Quizás porque no te has tomado el tiempo suficiente y necesario para pensar:
- ¿Este nicho realmente puede llegar a ser rentable?
- ¿Realmente hay poca competencia en Google para posicionarme?
- ¿Puedo hacer algo diferente para destacar entre mis competidores?
- ¿Realmente me quiero dedicar a este proyecto?
No hay nada más desesperante que dedicar horas y horas durante varios meses a un proyecto con el que después no obtienes resultados.
Quizás no hayas conseguido aún crear un blog exitoso porque no le dedicas las horas necesarias, o quizás sea porque estás perdiendo tu tiempo en un blog que no vaya a tener éxito nunca…todo porque no te has tomado el tiempo necesario para pensar si merece la pena.
El poder de no hacer nada
Quizás te encuentres en una situación similar a la mía y a muchos otros webmasters donde estés haciendo como el cocodrilo joven, pegando tumbos de un lado para otro, cuando quizás lo que necesitas es hacer como el cocodrilo anciano: tomarte el tiempo para no hacer nada, hasta que des con la idea perfecta o la situación idónea para saltar sobre tu presa.
Por eso te recomiendo que intentes desconectar de tu ajetreada vida de vez en cuando.
Una vez a la semana (sábados o domingos) y quizás una semana o dos al año, intenta desconectar de todo: Apaga el móvil, desconecta de las redes sociales, no veas series en Netflix…y toma tiempo para tu familia, para pasear por la naturaleza, para no hacer nada….Quizás en uno de esos momentos te venga la oportunidad o idea perfecta para desarrollar y con la cual si llegues a ser exitoso.
Ver comentarios (3)
Me a encantado esta entrada de verdad. Es bueno no hacer nada para desconectar, solo no alargarlo mas de lo que necesites, solo para recargarte las pilas. Gracias, ;)
Me alegro que te haya gustado Adams.
Excelente post, en este momento estoy recopilando material para aprender todo lo que necesito antes de emprender mi blog pero tendre que incorporar algo de tiempo para no hacer "nada" y asi dejar que toda la informacion que he leido hasta ahora se asiente en mi mente para poder asimilarla mejor y proceder apropiadamente aunque aun estoy en la etapa de definir la tematica de mi blog.